Cuando el árbitro deja de impartir normas dentro de una cancha se fútbol y se convierte en parámedico para salvar al Director Técnico. El papel de un juez en un partido de fútbol es transmitir seriedad, de repartir justicia y tomar decisiones las más acertada posibles intentando no perjudicar a ningún equipo, pero no siempre todos salen contentos con las decisiones de los referís y empiezan a lanzar insultos sin contemplaciones hasta llegar al punto de exaltarse y volverse como «locos» hasta sufrir complicaciones en la salud y el mismo árbitro debe «vestirse de héroe» para salvar al infractor.
Esto precisamente le sucedió al Director Técnico Luciano Susín, de Viajantes de Pergamino, de la Liga de Ascenso Argentina, quien luego de reclamar efusivamente una polémica jugada la cual en el concepto del estratega le perjudicaría en el resultado a su equipo, fue tanta la desesperación y la irá, que de repente sufrió un síncope en pleno juego que el árbitro de nombre Cid tuvo que paralizar e ir a atender al DT hacia la banca de suplentes. «Me di cuenta de que algo estaba mal porque estaba pálido y no respiraba. Comencé el proceso de resucitación hasta que sentí que se le infló el pecho y empezó a toser. Así lo pude sacar» adelante, indicó el Árbitro Darío Cid al canal Todo Noticias, en el cual relataba el impresionante momento que nunca antes lo había vivido, en una cancha de fútbol.
Ya trasladado al entrenador a un centro de Salud para que fuese atendido con más exactitud y calma el DT siguió con la polémica de la jugada, pero está vez con más tranquilidad y de una manera de broma y con risas insistiendo al árbitro que fue un gol legitimo que no le dio a su equipo. «Para mí entender el balón entró claramente en el arco, pero te agradezco Darío, porque si no hubieses estado ahí no sé qué hubiera pasado. Cada vez que escucho lo que ocurrió me impresiona más», indicó el estratega que luego se enteró de que fue expulsado por el referí por excesos de reclamos, donde el árbitro presento el siguiente informe a las autoridades del partido. «Primero lo resucité y luego lo expulsé. Pero estoy contento de haber estado en el momento justo y en el lugar indicado», sostuvo el árbitro, quien fue «héroe» del DT pues le salvó lo que podría convertirse en una tragedia, sin embargo, no se salvó del «castigo» por pasarse de ataneo con la máxima autoridad de un juego de fútbol.
En fin la moraleja nos enseña que por más de que los actores del fútbol estén sufriendo desmayos, no se salvan «de la mano dura del referí», quien puede pasar de héroe» hasta volver a vestirse de hombre de negro.
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