“Una generación de más de medio siglo”, llevaba la familia de Carlos Arias, el cerrajero oriundo de Salcedo, provincia de Cotopaxi, quien por varios años iba con su bandera Oro y Grana a la casa del “Papá” Aucas acompañado de su tío, sus hijos, que un día, como todo joven “crecieron y tomaron una decisión radical”. Y esta es una historia para leerla en los días previos de un nuevo Súper Clásico capitalino.
“Padre e hijos, la misma sangre, pero con diferente color de camiseta”. “Este es un club del pueblo, yo llevo la sangre de mis padres, ellos fueron auquistas, es por eso que el Aucas no muere”, contó Carlos Arias, en entrevista para el diario El Universo (2022, previo a la histórica final que Aucas ganó 1×0 a Barcelona). Y este fanático “Auquista” de 57 años no podría faltar aquel inolvidable encuentro y lo hizo junto a su tío de 81 años, fiel acompañante en todos estos años. Y finalmente, se le cumplió el tan anhelado sueño a Carlitos Arias de verle levantar la copa al “Papá” luego de 77 años. “Estamos con esas ganas de verle campeón a nuestro equipo”, expresó en ese momento y seguramente ese día la familia Arias festejaron y gritaron el Dale A, Dale A a todo pulmón.
Pero, no todo es felicidad para este hombre trabajador que lleva el color “Oro y Grana” en su corazón. Carlos Arias cuenta, que una vez decidió acudir a un partido entre Liga de Quito y Aucas, al otro lado de su casa. Relata, Arias, en entrevista para el Diario El Universo, que caminaba con dirección al estadio cuando de pronto se acercó un grupo de hinchas contrarios, le arrancharon la bandera, se la llevaron y la quemaron. Arias, regresó a su domicilio, les contó a sus hijos, esposa y ellos al verle con lágrimas en los ojos, le fabricaron una nueva bandera con los clásicos colores del “Ídolo del Pueblo” ya con el “trapo listo”, a Carlitos Arias le volvió la sonrisa y él mismo le puso un tubo metálico en su cerrajería para seguir flameando la bandera del “Papá” cada vez que asiste a la “Caldera del Sur”, ya no con sus hijos, ya que ellos le dieron una noticia que al principio le causó desazón.
“Un domingo, mis hijos se acercaron, yo estaba acostado en la cama y de pronto viene mi mijo mayor y me dice: ‘Papi, queremos hablar con usted’. Yo les dije ¿qué pasó?. Y con mi otro hijo me entregaron en una charola el uniforme de amarillo y rojo, me dijeron que les perdonara por lo que van a hacer, pero que habían decidido cambiar de equipo y ser de Liga de Quito (el archirrival). En ese momento, fue un poco doloroso lloré, pero al final yo dije, ustedes son jóvenes y toman sus decisiones, yo no soy nadie para obligarles algo”, recordó Arias en aquella entrevista, donde como todo padre no “guarda rencor por el cambio de camiseta” y más bien les acompaña a sus hijos cuando juega el rival del “Papá”. Ya en el seno familiar, la esposa de Carlos Arias y madre de los liguistas le “toca dividirse” y a apoyar a su cónyuge y a sus retoños”.
Y así, aquella familia Arias vivirá un nuevo episodio de Súper Clásico este sábado en el estadio de los hijos de Carlitos, que se le “rompió una generación de varias décadas” y hoy el padre es “Oro y Grana”, mientras sus pequeños son “blancos”.